Nuestro último día no podía no podía acabar de otra manera: reunidos y comiendo (aunque alguno, exhausto por las noches de juerga, no podían dejar de roncar).
Si te has quedado con ganas, en esta especial reunión de trabajo, dejamos acordada ya la reunión del año que viene y a sus responsables, así que tranquilidad que esto continuará.
Ahora, nada de despedidas tristes. Alegra esa cara que ya falta menos.
¡Vamos a por el III Rust!