Crónica del II Rust Fest en Tarifa (V)

A pesar de lo que podría pensarse, algunos hasta teníamos ganas de desayunar al día siguiente.

P1020875_1 Lucas, Laura y Arancha

P1020876_1 Ricardo y Luis

P1020877_1 Jose

P1020878_1 Daniel y Xan

P1020880_1 Ángeles y Pepe

P1020881_1 Isabel y Ángeles

P1020883_1 Julia

P1020884_1 David

Por la tarde, la cosa se animó. Los problemas con el sonido se solucionaron gracias al equipo de los Brass Buttons que muy amablemente cedieron sin ningún tipo de impedimentos. Eso es algo que les agradecemos profundamente y que no se nos olvidará fácilmente. Gracias, gracias, gracias.

La hora de micros abiertos estuvo muy concurrida y amena, con un repertorio extenso que hizo que comenzáramos muy bien la tarde.

El primer valiente fue José Miguel Campaña, un músico experimentado y un nuevo rusty (espero), que había preparado una canción expresamente para este momento.

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Tras él, le tocó el turno a Julia, acompañada de Ricardo a la guitarra, que nos deleitó de nuevo con su maravillosa voz.

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Y tras ella, vino nuestro Gran Manolo, que este año estaba ya lanzado y no se conformó con un temita como el año de su debut, sino que nos ofreció un amplio repertorio solo y en compañía. 

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Al principio, con Ignacio a la guitarra. Muy bien por cierto, Ignacio.

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Y luego acompañado de Julia y de nuevo Ignacio, con una versión de Harvest Moon a la que se unió Isabel en cuanto detectó que faltaba un instrumento característico: la escoba.

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Y ya que estaba ante el micro, Isabel echó manos de su libro de letras y a los acordes guitarreros de Ricardo, interpretó un precioso Bad Fog Of Lonelines con su precioso inglés.

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Alberto ocupó la escena a continuación, muy bien acompañado por Julia y Vicky a los coros de Powderfinger. Y no faltaron ni los Crazy Horse que desfilaron de improviso por la trasera del escenario.

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Y la última actuación de esta hora fue para Arancha, acompañada de nuevo por la guitarra de Ricardo, que se llevaron la ovación final.

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Fuera, el negocio seguía viento en popa y los asistentes nos estaban dejando ya sin camisetas. Yo creo que eso se lo debemos a las vendedoras.

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Crónica del II Rust Fest en Tarifa (IV)

A pesar de lo problemas, la noche continuó. Los siguientes en salir fueron los algecireños Carne con Bi. Su técnico de sonido amasó lo que pudo la mesa hasta obtener un sonido que ellos consideraron adecuado, pero que a todas luces era insuficiente para la calidad que una banda se merece.

Fueron desgranando un repertorio de una música fresca, a caballo entre diversos estilos, pero que dejo algo fríos a los rustys a los que les supo a muy poco la única versión de Neil que interpretaron en último lugar, a ritmo de reggae.

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Foto de J.L. Caballero

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Foto de J.L. Caballero

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Foto de J.L. Caballero

 

Así que después de pensárselo mucho, los Crazyponys decidieron posponer su actuación para el día siguiente, cosa en la que estuvimos de acuerdo todos. Mañana tendríamos equipo de sonido nuevo y la cosa sería diferente.

Pero una cosa es el festival y otra la gente. No había más que echar un vistazo alrededor y te dabas cuenta que nadie estaba dispuesto a marcharse así como así.

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Y mucho menos cuando se corrió la voz que los Crazyponys habían sacado unas guitarras y estaban tirados por ahí haciendo su propio homenaje al Tío Neil.

Y para allí nos fuimos todos… hasta que el cuerpo aguantó.

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P1020866_1P1020871_1P1020867_1P1020865_1     No era Woodstock, desde luego, pero fue lo más parecido que pudimos encontrar esa noche en Bolonia.

Grandes los Crazy y grande la Playa.

Crónica del II Rust Fest en Tarifa (III)

Tras los efectos de la actuación de los Rustie Harvesters, algunos creímos ver al mismísimo Neil Young sentado entre el público, pero aunque algunos fueron a contactar con él, fue imposible a pesar de lo numerosos esfuerzos. Creemos que fue cosa de la magia de los famosos caracoles de Bolonia (que en esta zona siempre han abundado alguna especie que producen efectos alucinógenos).

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Así que, fenómenos paranormales aparte, el siguiente en ocupar el tablao fue nuestro polifacético amigo Rusty Kastúo, que vino desde Madrid aunque él es original de Cáceres (y de ahí lo del apellido).

Saltó al ruedo, colocó sus guitarras y su banjo alrededor suyo, ajustó el micro y…

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…lo que sonó fue esto:

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Grandioso ¿verdad? Eso mismo pesamos los que estábamos allí. Rusty o no, al final todos nos quedamos con la boca abierta. ¡Que bien sonó! ¡Que grande este Alberto! ¿Que entrada!

Pero la cosa continuó y lo hizo por buen camino. Casi sin dejar tiempo a reaccionar, echó mano a su Martin, se colocó la armónica al cuello y empezaron a sonar estos otros acordes…

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Y estos…

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Y no contento aun, nos hizo una demostración de lo que hay que hacer con un banjo. Yo creo que Neil estuvo allí, seguro.

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Y si no, mirad las caras de algunos de los nuestros.

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Pero Rusty Kastúo aun tenía más material en su baúl y por la playa de Bolonia empezaron a sonar los compases de From Hank To Hendrix, Comes A Time…

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…de un Peaceful Valley Boulevard…

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... o de un segundo popurrí, esta vez con la guitarra de palo, con la que Rusty Kastúo terminó por demostrar a todos los presentes su valía también con este instrumento en las manos. Por si a alguien le habían quedado dudas.

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A partir de aquí, la humedad del mar, los años o ambas cosas a la vez empezaron a afectar a la mesa, que dio comienzo a su propio festival de ruidos. Más tarde comprobamos que además había un canal en mal estado, pero ya era tarde. Y aunque David, ahora en su papel de técnico de sonidos, peleó como un león con ella durante mucho tiempo, nos tuvimos que rendir ante la evidencia de que la calidad de la actuación se vería afectada si continuamos forzándola y  se consideró, con toda nuestra pena, que era mejor para el músico dar por finalizada la actuación.

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Sin embargo, gracias al mismo Alberto que se trajo para acá un saco de CDr, no nos vamos a ver privados del resto de las canciones. Aquí están los temas que no pudimos escuchar en la playa. Un acojonante Love & War seguido de un no menos acojonante Cowgirl In The Sand...

...un precioso Heart Of Gold...

... y un apoteósico Rocking In The Free World como remate final.

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Gracias Alberto. La gente de la Playa te debemos una.