Crónica del II Rust Fest en Tarifa (I)

Foto de Alberto Mena

¡Eah! Ya pasó. Llegó casi como un huracán, nos mantuvo durante un par de días a 100 por hora y ya se marchó. Hasta el año que viene. Pero bueno, esa será otra historia y se contará en su momento. Ahora lo que viene es disfrutar recordando los buenos (y los malos) momentos vividos, aunque para algunos como yo, será el momento de verlos con tranquilidad.

Lo de Bolonia, La Cabaña, la playa… eso lo sabes ¿verdad? Bien, pues lo que no sabes es que los dioses se aliaron con nosotros y mantuvieron los vientos alejados de las costas del Estrecho. Han sido unos días únicos. Poniente suave, temperaturas no muy altas, olas moderadas e incluso calma total el sábado. Algo increíble para nosotros los nativos. Un regalo para los visitantes.

Bolonia

Y por si esto no fuera suficiente, casi tenemos luna llena, aunque para nosotros fue casi lo mismo, porque disfrutamos de ella casi toda la noche.

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Así que visto lo visto, decidimos improvisar un escenario fuera del chiringuito que, dada la afluencia de gente, fue lo mejor que hicimos porque si no, hubiera sido imposible escuchar la música con la comodidad con la que lo hicimos. Reunimos unos cuantos tablones, un puñado de puntillas y un martillo, que en manos de Richi sonaba casi como la mismísima Old Black del Tío Neil.

Mientras, el “respetable” y el “staff” tomaba posesión del césped, de las mesas, las sillas, y hasta la cama…P1020736_1P1020738_1P1020737_1 Otros observaban preocupados pensando que no veían la hora de coger un micro o eran felices pillando al personal con premeditación y alevosía…

P1020740_1P1020739_1 Y el equipo comercial tomaba posiciones dispuestos a arrasar en el mercado merchandisinguero con nuestras irresistibles camisetas, pegatinas, chapas, relojes y demás chucherías llegadas desde los puntos más lejanos…

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Los “máximos responsables” del sonido se peleaban con una mesa renqueante y dos columnas que parecían que habían salido de un partidos de futbol. Pero no hubo el más mínimo desánimo, a pesar de que muchas caras aparentaban lo contrario…

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P1020752_1Y por fin se pudo empezar las pruebas de sonidos. Y aquello sonaba. Bueno… sonaba lo mejor que podía sonar.

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P1020763_1 P1020764_1 Y a pesar de que algunos parecían Ray Charles, no se lo crean que no es oro todo lo que reluce… je, jeP1020765_1 El último en llegar fue el mismísimo Neil Young, que ocuparía todo el festival un sitio de honor en el escenario…

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Y este es el resultado. Humilde y familiar, además de vacilón y único (para los que lo supieron ver).P1020800_1P1020801_1 Señoras y señores, el II Rust Festival de la Playa puede comenzar.